Desde hace años tenía una ilusión, quería hacer algo diferente. La bici no se me da mal, corriendo me defiendo y a nadar aprendí de pequeñito. Ahora solo quedaba unir todas las piezas.
Pues parece que el sueño empieza a hacerse realidad, llevo un par de meses entrenando en el polideportivo Francisco Fernández Ochoa con un grupo de clases de triatlón, donde el día de los enamorados me bautice en mi primer mini-triatlón del amor.
Ahora gracias a que han aceptado a este vegetal en el grupo de Triatlón Amorós parece que todo se puede hacer realidad.
Ayer sábado primera quedada del grupo para conocernos y cambiar impresiones. Niveles para todos los gustos, bicicletas de todos los precios y un denominador común.....el buen humor.
La ruta de este primer día ha sido lo de menos, pero merece la pena incluirla en esta crónica por ser la primera.
GRACIAS A TODOS POR DEJARME HACER REALIDAD MIS SUEÑOS
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